El presidente de Israel, Isaac Herzog, asistirá el domingo a la ceremonia de entronización de León XIV y al día siguiente saludará el nuevo Papa en el Palacio Apostólico Vaticano.
El mensaje de invitación fue enviado hace una semana por Francis Robert Prevost, no bien fue elegido papa, al rabino Noam Marans, director de Asuntos Religiosos del American Jewish Comitee, una de las más antiguas organizaciones judías, activa en la lucha en todo el mundo contra el antisemitismo. El flamante pontífice le comunicó: «La solemne inauguración de mi pontificado será celebrada en San Pedro el 18 de mayo”.
Era una invitación concreta a superar las laceraciones en las relaciones de los últimos dos años, dejando atrás contrastes y polémicas.
El mundo hebreo suspiró aliviado con el nuevo Papa. El rabino Riccardo Di Segni hizo “los mejores augurios de éxito en la empeñativa misión que le ha sido confiada por el bien de la humanidad”.
En una entrevista con el matutino romano Il Messaggero, el rabino jefe de la comunidad judía más antigua del mundo, la de Roma, manifestó su alegría del empeño personal por parte del Papa para proseguir el diálogo.
“Espero que se trate de una buena relación”, agregó el rabino jefe romano. “Con Francisco en los últimos tiempos había un debilitamiento. Espero que se puedan recoser las incomprensiones que se crearon en los dos últimos años”.
El rabino Di Segni dijo que las incomprensiones “se debían a la adopción de posiciones políticas en cuanto a la guerra en Israel. Después del 7 de octubre (de 2023, cuando Hamas atacó a Israel), el mundo judío fue desplazado por la actitud que tuvo Francisco”.
Di Segni destacó que a su juicio la relación es algo continuo “y debemos trabajar por esto”. Agregó que «el diálogo hebreo-cristiano es desde siempre hecho de pasos adelante y otros pasos atrás. Hay momentos de progreso y momentos de regreso”.
Fuente: Clarín