Este jueves 7 de marzo por la tarde en la Parroquia Ntra. Sra. De la Merced de nuestra ciudad se llevó a cabo el oficio religioso de cuerpo presente a cargo del Cura Parroquial Sergio Fernández.
En el mencionado oficio se leyó el versículo del Evangelio de San Juan capítulo 12, versículos del 23 al 28 que reza lo siguiente:
Ha llegado la hora de que el Hijo del hombre sea glorificado —afirmó Jesús—. Les aseguro que, si la semilla de trigo no cae en tierra y muere, se queda solo. Pero si muere, produce mucho fruto. El que ama su vida la pierde; en cambio, el que aborrece su vida en este mundo la conserva para la vida eterna. Quien quiera servirme debe seguirme; y donde yo esté, allí también estará mi siervo. A quien me sirva, mi Padre lo honrará. “Ahora mi alma está angustiada, ¿y acaso voy a decir: “¿Padre, sálvame de esta hora difícil”? ¡Si precisamente para afrontarla he venido! ¡Padre, glorifica tu nombre! Se oyó entonces, desde el cielo, una voz que decía: «Ya lo he glorificado y volveré a glorificarlo».
Además, el Cura Parroquial Sergio Fernández recordó a los presentes de aquel incendio en la década del 80 en la playa del papel de la empresa Arcor, donde Orellano prestaba su servicio junto a aquellos jóvenes Bomberos que hoy en día algunos ya no están con nosotros.
Finalizado el momento en la parroquia, la caravana se dirigió al cuartel donde el personal del cuerpo de Bombero realizó una Guardia de Honor además toque de la sirena por un minuto.
Acompañaron Bomberos de La Tordilla y del grupo de Bomberos Voluntarios retirados de la Regional 1 San Francisco.
Cuando finalizó la guardia de honor, se trasladaron a depositar el cuerpo en el cementerio local.
José Orellano había nacido en la localidad de Tránsito el 15 de octubre de 1950, casado con 7 hijos y había participado en el Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Arroyito durante veinticinco (25) con años de servicio, después obtuvo su retiro con el cargo de Oficial Principal.