Un nuevo estudio científico de la Universidad de Harvard, publicado en la revista American Journal of Clinical Nutrition, reveló que el consumo diario de una manzana puede aportar múltiples beneficios a la salud, especialmente en personas mayores de 65 años. La investigación encontró una relación directa entre el consumo de flavonoides —compuestos naturales presentes en esta fruta— y una reducción significativa en el riesgo de desarrollar fragilidad en la vejez, una condición que afecta entre el 10 y el 15% de los adultos mayores.
¿Qué es la fragilidad y por qué es importante prevenirla?
La fragilidad es un síndrome geriátrico caracterizado por la disminución progresiva de la fuerza, la resistencia y la función física, lo que aumenta el riesgo de caídas, fracturas, hospitalizaciones y pérdida de autonomía. Con el envejecimiento de la población mundial, esta condición se ha convertido en una preocupación creciente para la salud pública.
Según los investigadores de Harvard, los flavonoles —una subclase de flavonoides presentes en altas concentraciones en las manzanas— podrían desempeñar un papel clave en la prevención de esta dolencia. “Nuestros hallazgos sugieren que por cada 10 miligramos adicionales de ingesta diaria de flavonoles, el riesgo de fragilidad disminuye en un 20%”, detallaron los autores. Una manzana mediana contiene aproximadamente esa cantidad.

Propiedades nutricionales de la manzana
Más allá de su contenido en flavonoides, la manzana es un alimento funcional que aporta una combinación única de nutrientes y compuestos bioactivos beneficiosos para la salud:
Calorías: 52 kcal por cada 100 g
Fibra: 2,4 g (rica en pectina, fibra soluble que favorece el tránsito intestinal).
Carbohidratos: 14 g, en su mayoría fructosa, lo que la hace apta para personas con diabetes.
Vitaminas y minerales: buena fuente de vitamina C, potasio, fósforo, vitamina E y boro.
Los compuestos naturales que hacen de la manzana un “alimento medicina”.
Pectina: Es una fibra soluble que actúa como gel dentro del intestino, promoviendo la eliminación de toxinas, ayudando a regular el colesterol LDL (“malo”) y controlando el nivel de azúcar en sangre.
Ácidos orgánicos: Representan hasta el 1,5% del peso de la fruta y tienen un efecto alcalinizante en el organismo. Contribuyen a equilibrar el pH corporal, lo que puede prevenir procesos inflamatorios y enfermedades crónicas.
Flavonoides y taninos: La manzana destaca por su riqueza en quercetina y otros flavonoides antioxidantes, que protegen las células del daño oxidativo, reducen la inflamación y evitan la oxidación del colesterol LDL. Los taninos, por su parte, tienen propiedades astringentes y antiinflamatorias.
Boro: Mineral que ayuda en la absorción de calcio y magnesio, colaborando en la prevención de la osteoporosis, especialmente importante en mujeres posmenopáusicas.
Beneficios comprobados del consumo regular de manzana
Diversas investigaciones, incluyendo estudios realizados por la Universidad de Cornell, han relacionado el consumo habitual de manzanas con un menor riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares, cáncer de pulmón, asma, diabetes tipo 2 y deterioro cognitivo. Entre sus efectos más destacados:
- Reduce el colesterol y mejora la salud cardiovascular
- Ayuda a controlar el azúcar en sangre en personas con diabetes
- Favorece la digestión y la salud intestinal
- Contribuye a mantener un peso saludable gracias a su bajo contenido calórico y alto poder saciante.
¿Cuántas manzanas hay que comer al día?
Aunque una manzana diaria ya ofrece beneficios importantes, algunos estudios recomiendan consumir entre 2 y 4 unidades por día para efectos más visibles en la regulación del colesterol y la glucemia. No obstante, siempre es importante considerar la alimentación en su conjunto.