Arrancó el otoño y llegó puntual esta vez. Con días más frescos, nublados y lluviosos dijo presente y con él cambian los planes a la hora de salir a pasear por la provincia.

Esta es una época ideal para hacer actividades al aire libre como senderismo, cabalgatas, ciclismo o andar en kayak -por mencionar solo algunos-, porque los días son más frescos y el sol no se siente tanto como en el verano.

Pero también son perfectos para aprovechar y pasar las tardes a orillas del río, aunque ya no esté para bañarse, pero sí para sentarse a tomar mates y disfrutar de la tranquilidad y el aire puro de las sierras.

San Clemente, rincones para visitar

Con ese plan, me fui a San Clemente, la localidad del valle de Paravachasca que se encuentra a un poco más de 70 kilómetros de distancia de la ciudad de Córdoba.

El pueblo está ubicado sobre la ruta S271, una de las que rodea al Lago Los Molinos, y que cuenta con múltiples lugares para recorrer.

Particularmente, una de las características del pueblo que llama la atención es la cantidad de arroyos y ríos que lo atraviesan.

El más conocido es el Río San José que se encuentra en una de las entradas al lugar y que brinda la postal más icónica, atravesando el puente de ingreso -junto al vado que antes servía de acceso- y con el cordón serrano de fondo.

También hay arroyos como Las Tazanas y Las Granadillas que cruzan la ruta y brindan rinconcitos con pequeños saltos de agua y márgenes para quedarse disfrutando de su sonido.

San Pedro, un río para pasar la tarde

Esta vez, llegué hasta el Río San Pedro que también pasa por la ruta, en la otra entrada al pueblo. Para ubicarlo mejor, está señalizado con un cartel y también hay cartelería que da la bienvenida a San Clemente. 

Justo en ese sector se puede estacionar y seguir un sendero para adentrarse más en los rincones que ofrece el río. Haciendo unos metros por este sendero, ya se encuentra un espacio con piedras grandes y planas que es un gran lugar para quedarse. 

Allí el agua se precipita entre las piedras de diferentes tamaños y crea un ambiente agradable, rodeado de grandes árboles y aislado del ruido de la ruta.

Para caminar un rato

Si el plan es caminar un poco, se puede seguir el sendero que sale hacia la derecha y que bordea el río, abriéndose paso entre una gran variedad de arbustos y árboles que proliferan gracias a la humedad del ambiente. Hay álamos, zarzamoras, colas de zorro, siempre verdes, entre otras especies. 

Durante el trayecto, se van teniendo diferentes vistas del río: a veces se vuelve fino como un arroyito y otras veces más caudaloso.

Varios metros más adelante, se llega a una curva que hace el San Pedro y ahí el agua corre con más fuerza, formando -en la parte en que dobla- unas hoyas de mayor profundidad y hasta se ve en el otro margen, una playita de arena ideal para pasar un día de relax y conexión con la naturaleza.

El San Pedro es uno de los tantos ríos con los que cuenta la provincia de Córdoba. Tal vez, no es tan conocido como otros, pero vale la pena detenerse a recorrerlo y descubrir que tiene muchos rincones bellos para quedarse a contemplar la naturaleza y disfrutar.