Sobre la ruta provincial Nº 14, en el valle de Traslasierra, a 220 km hacia el oeste de la Ciudad de Córdoba y a 20 de Villa Dolores, se encuentran las poblaciones de San Javier y Yacanto, donde las bellezas naturales y la paz enamoran al visitante.
Leo Dyznchauz, de la Cámara Turismo Regional del lugar, así describe el paisaje de ensueño con el que el viajero se va a encontrar: “Entrar a San Javier es encontrarse con con los pueblitos de la costa que integra San Javier de Traslasierra Sur, a 900 metros de altura. Tenés de fondo las Sierras Grandes, el Champaquí y Los linderos, los arroyos que bajan de la sierra. en nuestro caso tenemos el arroyo San Javier el arroyo Yacanto, otros arroyitos menores”.
En diálogo con el programa Girando por mi provincia, de Radio Universidad, indicó que “San Javier es una mezcla de pueblo y campo, donde hay mucha presencia de los talas, de los chañares, de los algarrobos, de los cocos y otras especies nativas y todas las aves, la flora y la fauna que viven en en ese contexto”.
Al referirse a la gente que vive en el lugar, Dyznchauz indicó que hay personas nacidas y criadas en San Javier y otras que han decidido ir a vivir a este maravilloso lugar y que ha desarrollado una especie de “mezcla”, donde “es muy bien recibido el turista y donde puede disfrutar de una excelente gastronomía, de una gran hospitalidad y de una muy cariñosa recepción”.
Por su parte Olga Argüello, también de la Cámara de Turismo, describió los servicios y las bellezas que se pueden encontrar pueblo. Alrededor de la plaza hay restaurantes, obras de arte expuestas para el visitante; también hay “senderos donde tenemos obras de artes de los artesanos locales y algunos invitados. Tenés como un mini núcleo desde donde podés comer un sándwich, un helado, o unas ricas cerveza y además disfrutar, por ejemplo, de la pulpería que tenemos en el pueblo que es un ícono en la plaza, de lo que son las tradiciones folclóricas que se respetan y se siguen preservando muchísimo en San Javier”.
Sumergirse en este pueblito es como un viaje al pasado. Se pueden encontrar muchas construcciones “de la época de los ingleses que vinieron aquí por el tema del ferrocarril. Vas a encontrar después una recuperación de parte de los muchos y buenos arquitectos y arquitectas que tenemos de los modos de construcción, que además se unen con la bioconstrucción, con todas estas nuevas tendencias”, agregó Dyznchauz en diálogo con Ivana Freitag.
Pero sin dudas, en este maravilloso lugar lo que se destaca es la paz y el disfrute de la naturaleza: el sonido de los pájaros, la belleza de los cerros circundantes, el olor a hierbas serranas, y por supuesto su excelente vino, desarrollado en distintas fincas de la zona.
Se pueden realizar tours por el lugar, recorriendo distintos circuitos para conocer un poco más de la flora y la fauna del lugar, como también paseos a caballo, o cualquier otra actividad relacionada con la contemplación de la naturaleza.
También es el marco perfecto para practicar avistaje de aves, foto turismo, o mountain bike.
En la zona hay arroyos de aguas cristalinas que bajan desde las sierras, sus quebradas y bosques, ideales para darse un chapuzón refrescante en estos días sofocantes de verano.
Información importante:
Cómo llegar: desde la ciudad de Córdoba son 3 h 5 min (191.5 km) por RP34 en automóvil por el Camino de las Altas Cumbres. En colectivo, con la empresa Panaholma o Coata hasta Villa Dolores, de ahí habrá que tomar otro ómnibus hasta San Javier.
Dónde hospedarse: la oferta de alojamiento es amplia y variada (entre 2000 y 2500 plazas) destacándose por su cuidada arquitectura. Cuenta con cabañas, posadas, hosterías y hoteles de distintas categorías y para diferentes bolsillos.
Gastronomía: destacan los sabores regionales en parrillas y restaurantes. A su vez, cuenta con heladerías y cervecerías artesanales. Son imperdibles los almacenes de productos orgánicos y el pan casero.