A lo largo de tu vida seguro buscaste respuestas y salida a la mayoría de tus problemas y de otros, sólo quisiste escapar.
Cuando estás en dificultades, lo mejor que puedes hacer es buscar a Dios, pero en especial deberías hacerlo cuando estás bien… Es allí cuando más te puedes equivocar, pues te sientes seguro y tomas todas las decisiones por ti mismo sin buscar la dirección de Dios.
Él quiere guiar tus pasos para que tus pies no tropiecen, y cuando tropezaste, viene con sus brazos de amor a levantarte pues te quiere restaurar una vez más.
Puedes orar así:
Querido Dios, perdóname porque cuando todo me va bien no te busco y creo que puedo decidir bien mis pasos y te agradezco porque ahora, en mi dificultad no me reprochas, sino que me amas y me tomas en tus brazos otra vez. En el nombre de Jesús, amén.