Home SOCIEDAD ¿Por qué gritan los niños? Cómo manejar esos gritos tan molestos

¿Por qué gritan los niños? Cómo manejar esos gritos tan molestos

Niñez

by Walter Llanes

Como padres o líderes de niños debemos recordar que el comportamiento es comunicación.

El personaje Kiko del chavo del 8 decía: ¡Cállate, cállate que me desesperas!

Si educamos gritando ellos copiarán nuestra actitud, No le grites a tu hijo. Primero, aprende a controlar tus emociones y el timbre de tu voz y tu pequeño devolverá la misma respuesta.

Hay niños que alzan su vos porque quieren llamar la atención, tienen necesidad de ser escuchados de ser amados o tal vez valorados porque en sus hogares no lo son, o tienen padres separados.

Me tocó el caso de un alumno de los exploradores del rey que solo sabía hablar gritando. Él no se portaba mal, solo se expresaba con su cuerpo gritando, lo habían educado de esa manera en su hogar; con mucha paciencia y constancia y con el apoyo de sus padres pudimos corregirlo.

Siempre debemos escuchar la necesidad del niño detrás de su conducta. Al primer síntoma debemos actuar.

Herramientas para comunicarse mejor con su niño: (para niños)

  • Espera tu turno para hablar.
  • Piensa y luego exprésate sin gritar.
  • Si grito, pataleo y lloro no me darán lo que necesito.

Principios para padres

  • Gritar No educa
  • Si el niño grita y le doy lo que pide, lo hará siempre
  • Si grito más fuerte que el niño esto lo paralizara
  • Si grita le hablo suave y lo saco de contexto del área donde está y que solo lo escucharé si habla pausado y sin gritar.
  • Si está gritando fuerte tu hijo, sal de esa habitación unos minutos, sacúdete el cuerpo cierra los ojos cuenta hasta diez y vuelve a entrar, y dile que solo hablarás con él si habla suave. (técnica del rinoceronte naranja)
  • Recuerda: solo son niños.

Las emociones de los niños, en ocasiones se encuentran como en una montaña rusa. Pueden pasar del enfado a la alegría en muy poco tiempo y al revés.

Esto sabéis, mis amados hermanos. Pero que cada uno sea pronto para oír, tardo para hablar, tardo para la ira; “Santiago 1:19”.

 

DANIEL BASCONCEL – La Gaceta Cristiana

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