Desde el Sindicato de Trabajadores de Industrias de la Alimentación (STIA Arroyito), a través de nuestro Secretario Gremial, Guillermo Farnochi, y con el respaldo del Cuerpo de Delegados, expresamos nuestro enérgico repudio a la conducta reiterada de la empresa ARCOR, que atenta contra la libertad sindical y el legítimo derecho de los trabajadores a ejercer funciones gremiales.
Una vez más, la patronal recurre a prácticas lamentables para desalentar la participación activa de los trabajadores en su organización colectiva.
En esta oportunidad, denunciamos el despido arbitrario e injustificado de la compañera Noelia Tosco, integrante del equipo de enfermería, en clara represalia hacia su pareja, el compañero Marcelo Cabrera, quien desde abril se desempeña como delegado de planta.
Resulta evidente que, al no poder disciplinar ni silenciar al compañero Cabrera, la empresa optó por atacar su entorno más cercano, con el único fin de enviar un mensaje intimidatorio al conjunto de los trabajadores: “No participen de la vida sindical ni reclamen por sus derechos, o sufrirán las consecuencias.”
Desde hace años venimos denunciando el accionar antisindical de la empresa, pero en los últimos meses la situación se ha agravado notablemente. Exdelegados y trabajadores que han ejercido funciones gremiales son despedidos de manera discriminatoria, luego de atravesar situaciones de hostigamiento y persecución laboral, simplemente por haber asumido un rol activo en la defensa de los derechos colectivos.




Ante estos hechos de extrema gravedad, el STIA ha iniciado medidas gremiales a partir de las 04:30 horas de este viernes, y las mismas continuarán durante toda la jornada, en defensa de los derechos de nuestros compañeros y compañeras.
Apelamos a la reflexión de la empresa y, en resguardo de la paz social, intimamos a ARCOR a cesar de inmediato con estas prácticas arbitrarias, injustificadas y discriminatorias contra quienes cumplen o han cumplido funciones sindicales.
La libertad sindical no se negocia. La organización colectiva es un derecho, no una amenaza.



